Paisaje socio-económico

 En esta región se han asentado varios grupos humanos desde hace mucho tiempo que han transformado el paisaje natural mediante la satisfacción de sus necesidades. Esta transformación ha llevado a el paisaje actual de centros urbanos y grandes potreros para actividades agropecuarias. Sin embargo, esto bajo la lectura de Molano (2004), ha sido un proceso marcado por los modos de producción propios de los grupos que allí han habitado por lo que identifica dos formas de paisajes: el paisaje muisca y el paisaje colonial.

El primer paisaje hace referencia al modo de producción comunal característico de los pobladores muiscas que históricamente habitaban la región y reconocían el carácter comunal del uso del suelo y su productividad. Por lo que el impacto en la utilización de los recursos naturales era bajo, pues se consideraba importante obtener lo justo para el bienestar de la comunidad y el desarrollo de las actividades de alfarería, cestería y tejido que eran relevantes para estos pobladores. Esto se daba por la concepción de complementariedad andina que permitía intercambiar productos de distintos pisos ecológicos entre las comunidades de las distintas regiones, así no forzaban la producción masiva del suelo comunitario para la obtención de los diversos productos.

En cambio, el segundo paisaje se marcó por la llegada de conquistadores españoles a la región y sus relaciones de violencia ante los pobladores originarios y el medio natural. Bajo el dominio colonial español se impuso otra relación con el suelo basada en el saqueo, la explotación y la tenencia. Esto fue determinante para la aniquilación del modo de producción comunal, que dio paso a un modo de producción privado que se constituía en la concentración de tierras, la explotación del suelo y la mano de obra indígena, la producción de ganancias, el control político, religioso y militar.

Así conformando la figura de producción de la Hacienda que encarna una nueva forma de apropiación del espacio social. Que desarrolla la privatización de las tierras y la formación de latifundios; genera una producción autosuficiente con mano de obra local y su especialización o intensificación en la producción de productos locales; estructuración social de carácter rural; y la instauración del poder político, militar y religioso sobre la figura del hacendado.

Con el tiempo se mantuvo la producción colonial que evoluciono con mayor intensidad en la explotación del suelo y privatización, según lógicas de mercado, que ha encaminado a un deterioro del suelo y el ambiente natural más avanzado. Así produciendo el paisaje que vemos actualmente en la región.




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